martes, 2 de agosto de 2011

David Montiel - Corazón de León (2011)

El amor puede ser tratado desde varias perspectivas: Cuando salimos a los hechos y simplificamos las palabras y cuando nos la jugamos con relaciones abstractas como la perfección o los viajes interiores en trenes imaginarios y aviones súper veloces. David Montiel Parece combinar estas dos técnicas en su primer trabajo musical, imprimiéndole gracia folketa a sus composiciones que tienden a hablarnos de ciudades, amores que se separan y corazones rotos. 

Corazón de León está compuesto por nueve canciones que conjuran valentía interpretativa y franqueza emocional. Una franqueza que en momentos me recuerda las composiciones sencillas de Carla Morrison aunque geográficamente esté más cerca de Ulises Hadjis, Jóvenes y sexys o Jan Pawel

Montiel se sincera y “desangra” en Los Doctores, tal vez el mejor ejemplo de mi comparación atrevida. La sencillez recorre temas como Flores, estaciones, verbos y colores y 6 meses en la que se acompaña de un ukulele, testigo de su confesión de amor atemporal.  El primer single, En la imperfección está la perfección, se convierte en un paralelo que más que emotivo resulta emocionante por su ritmo cabalgante y juvenil., característica que aflora también en la ilustrativa Tranvía y la futbolera La 10, esta última con grandes posibilidades de trascender en un himno personal. 

La nota crítica, por llamarla de alguna forma, llega con la canción con más influencia “latina” dentro del disco. Pasaje de ida reniega de la gente y sus malos hábitos de querer encajar a fuerza de adquisiciones materiales. 

Sin embargo, un buen disco que hable de amores y valentía no puede estar completo sin una colaboración. En Carla Martínez, Montiel encuentra la cómplice perfecta para una de las piezas más atractivas dentro de su repertorio. Acordes hipnóticos de cuatro se pasean en Quiero conocerte, donde el título es lo más confeso de una canción directa y entrañable. 

es la canción que falta por reseñar, tal vez el mal habito de dejar lo mejor para el final explique esta tardía mención, o simplemente el hecho de que sus tres minutos veinte son un perfecto acompañante para las despedidas de amores que deben quedar en al pasado sin importar cuán viva siga la llama. El adiós es inevitable, pero gracias a este son de folk cabalgante con leves toques electrónicos, el desenlace se hace más llevadero y al final el corazón queda intacto, tal vez aludiendo a la metáfora del león, animal fuerte y valiente por excelencia, un momento… el león del Mago de Oz era un cobarde; ah! ¡siempre hay una excepción! 

El tracklist: 


...

No hay comentarios:

Publicar un comentario