jueves, 1 de junio de 2017

Prueba y error: una entrevista a Violeta Castillo


entrevista: el amarillo
fotografía: castaño

el amarillo_ 
Cómo olvidar que en el amarillo te decretamos la reina del EP, siendo tu premisa la canción breve y el formato de corta duración. Ahora que presentas un primer álbum, nos preguntamos si su extensión fue un proceso natural o más bien una autoexigencia.

Violeta_ Bueno, después de cinco EPs (risas) ya me sentía preparada para mi primer LP. Me pareció un buen momento para un disco más largo, bueno, de ocho canciones, lo mío no es ser prolífica, realmente no compongo tanto y el formato EP me era muy cómodo porque una vez tenía cuatro o cinco canciones me parecía bueno registrarlas y cerrar un momento o etapa. Esta vez me llevó más tiempo hacer las canciones, algunas fueron creadas en la marcha, alentada un poco por Nico Pedrero, el productor, que decía que estaba bueno hacer un disco más largo esta vez. Coincidió también con que Geiser quiso editarlo en formato físico, valía la pena que fuera un LP. 

En el álbum impera la electrónica, que antes aparecía tímidamente en tus canciones, ¿cómo fue el proceso de composición, tuviste una banda o lo emprendiste a solas?

Empecé sola, usando la computadora por primera vez, siempre componía en guitarra o teclado. Le enviaba a Nico demos que hacía en mi casa y muchas cambiaron trabajando juntos, agregamos y quitamos detalles, siempre estuve abierta a que los temas cambiaran. Grabamos durante un año, nos juntamos los fines de semana porque nos costaba hacerlo de lunes a viernes, así fuimos avanzando. Agarrábamos un tema e íbamos viendo todo ahí, fue un proceso muy lindo y experimental, tomar el sonido y pulirlo. Ahí pensaba “Qué absurdo es el arte”, pasábamos un día puliendo un detalle que no cambia ni mueve la aguja de nada pero nos obsesionaba, es algo muy caprichoso, nadie se da cuenta más que vos, pero al escuchar todo el disco se nota lleno de detalles, por todo ese tiempo que le dedicamos.

Claro que sí, en Errorws de tipeo brillan los detalles, es más que un acercamiento a la música computarizada.

Fue muy de ensayo y error, por eso el nombre: yo tenía un celular Samsung galaxy pocket donde iba tipeando a la noche, medio dormida, y todas las e me quedaban como w, luego me gustó el nombre porque tiene mucho qué ver con agarrar una máquina que no sabíamos usar bien y probarla, medio sin querer.

¿Cómo planeas presentar el disco en vivo? Algunas canciones invitan al baile, ¿incluirías esta vez coreografías? ¿jugarías quizá a la diva pop?

¡Me encantaría! aunque siempre me gusta pensar algo más alternativo, no para hacerme la intelectual sino ser práctica. En vivo somos dos personas, yo estoy con la máquina, sampler y teclado, y encontré a Mery Canale, que es una compañera de fierro, ella toca la guitarra. Me gusta que seamos solo dos, me cansé de cuadrar los horarios para ensayar con banda, algo imposible en esta ciudad donde vivimos alienados. Quiero mantenerme así porque es cómodo y le hace honor a un disco hecho por dos personas. 

Me gustaría tener una especie de performance, por ejemplo me imagino alguien que se vista para trabajar mientras yo canto Dormir menos. Por ahí tener algunas visuales o una puesta de luces, qué se yo, voy a animarme a hacer algo distinto.


¿Qué referentes musicales alimentaron esta nueva búsqueda?

Bueno, yo escucho mucho rap y hip hop, todo el año pasado estuve en esas. Me gustan los discos de ahora que con pocos elementos tienen un ritmo o flow muy interesante, como Kanye West o Rihanna. Me gustó investigar eso, los pocos elementos. Y la electrónica siempre me ha gustado, una de mis bandas favoritas es Pet shop boys, Babasónicos que siempre tiene algo electro aunque sean tan rockeros. Pero la mayor influencia sí es el rap, no en las letras porque en ninguna digo “Me and my bitches…”, ahí soy más nerd, más emo. 

De ahí la colaboración con Dadalú.

Claro, en esa idea de homenajear el hip hop y rap que me influencian a mi manera, me pareció muy lindo invitarla porque es una rapera especial, que no estaba hablando de “mis cadenas de oro”. Me siento identificada con ella en eso de la búsqueda de razón, la búsqueda de sentido, ella es la reina de lo emo y la adoro por eso. Fue mi primer contacto con la música chilena. Sabía que en este tema, Poca claridad, ella podría aportar algo muy bueno, así que la invité, escribió su fragmento y la grabamos en Chile.

El disco se siente muy fresco y sobre todo anecdótico, ¿quisieras compartir una historia tras alguna canción?

Claro, ¿alguna en particular?

Bueno, Robar nos encanta, es la más divertida.

Robar empezó a partir de esa frase “No puedo robar algo que no me guste” y habla un poco de las influencias en el arte. Como que de repente en un tiempo empezaron a haber un montón de temas iguales a Get lucky de Daft Punk, hasta yo tengo en Las señales un final medio así, con esa guitarrita funky. A todos nos pegó mucho pero la verdad es que no a todo el mundo le quedaba bien, sólo era como “hay que hacerlo”. Me pregunté si tiene sentido apropiarse de algo porque esté de moda aunque no te represente, no hable de vos. Me fui en esa volada de hablar de la obra, ¿se entiende? Es que tengo demasiado diálogo interno (risas). En Poca claridad hablo de eso, tener demasiado qué decir, y querer comunicarse más claramente: “dame un poco de tu literalidad”, pero ya sé que lo bueno de no hacerlo así es que va apareciendo el propio estilo.

¡Sí! Siempre has escrito y cantado sobre la torpeza comunicativa, los malos entendidos en los diálogos, en las relaciones, todo lo que leemos y decimos entre líneas.

Tal cual, La torpeza comunicativa (risas) me encantó, y también esa necesidad de comunicar, yo entiendo algo y enseguida quiero contarle a todo el mundo, por más que a los cinco minutos esté pensando otra cosas. Reflexiono y abandero esa reflexión por cinco minutos. El lío comunicativo tendrá que ver con que soy géminis.

¿Por eso el afán de publicar en corta duración?

Sí, sí, total. Digo: Bueno, ya está, es un conjunto de ideas que cierra, sale, se imprime. (risas)


Durante estos años has sabido traducir la fuerza de tus canciones a imágenes, entregándonos videoclips tan hermosos como divertidos, el último en publicar Bajo la lluvia y nos ha encantado, ¿qué otras canciones quisieras convertir en videoclips?

Yo creo que esto tiene que ver con que tengo buenos amigos en el mundo del cine y la fotografía, siempre con ideas buenas. Me alegra pensar que el disco les genera esas imágenes y trato de alimentar estos vínculos.

Bajo la lluvia lo dirigió Esteban Vargas y tiene toda esta estética de pop coreano, colores pasteles, muy bueno. Tengo otros proyectos de videoclip, Roberto Doveris, que dirigió Las plantas y varios de mis videoclips, está fascinado con Intercambio, dice que la escucha todo el tiempo, así que esperamos filmarla. Y para Robar tengo ganas de hacer algo con un chico de acá, Julián Bass, que es bailarín, y quisiera hacer un vídeo con coreografía, ¡vamos a ver quién lo quiere filmar!


⌨⌨⌨⌨⌨

No hay comentarios:

Publicar un comentario